En ASEDAS, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, hemos elaborado un estudio sobre la Evolución del Comercio Online en Alimentación en España en colaboración con la profesora María Puelles de la Universidad Complutense de Madrid, cuyas conclusiones fueron presentadas a la prensa el pasado 11 de abril. En dicha presentación se analizaron los diferentes retos que afrontan las empresas de supermercados a la hora de incluir el e-commerce en el modelo de comercio de alimentación de proximidad, que hoy resulta el más sostenible desde el punto de vista social, económico y medio ambiental.
Una de las conclusiones del estudio es que el consumidor no relaciona motu proprio la relación del comercio online (transporte, emisiones, envases adicionales, etc.) con el medio ambiente. Sin embargo, asegurar la sostenibilidad medioambiental del modelo, además de la social y económica, es una de las grandes líneas de trabajo de las empresas de supermercados.
Según este análisis, en el futuro, uno de los retos del comercio alimentario es hacer compatible la reducción de emisiones gases de efecto invernadero con el crecimiento del reparto a domicilio de alimentación, abordando el impacto urbanístico en la ciudad. Para ello, resulta necesario asegurar una movilidad sostenible que abarque también otras cuestiones como el impacto acústico, las zonas de carga y descarga o el acceso a las viviendas. En esta línea, el comercio electrónico se enfrenta también a la necesidad de mantener el trinomio precio-calidad-variedad en la oferta de alimentación, para lo que es necesario que el coste del reparto no repercuta en los precios y en la competitividad de las enseñas.
Por último, en relación con el acceso de los ciudadanos a la alimentación saludable, en estos momentos, la presencia del canal digital es muy dispar en las diferentes zonas de España, mientras que el supermercado -de distintos tamaños- asegura el acceso de la inmensa mayoría de los consumidores en la proximidad de sus lugares de residencia o trabajo.
El conocimiento de los hábitos de compra del consumidor online, la frecuencia y momento del acto de compra, sus preferencias a la hora de acceder y moverse por la web, así como los productos que desea adquirir a través de este canal, constituyen una información muy valiosa para que toda la cadena agroalimentaria, y especialmente, el supermercado de proximidad siga prestando el mejor servicio al consumidor. Este objetivo se debe lograr abordando, desde la responsabilidad, las cuestiones relacionadas con la movilidad y el coste para que los españoles sigan disfrutando de una alimentación a precios competitivos, variada y de calidad”.
Entre las conclusiones del estudio propiamente dichas, destacan los motivos más relevantes para el consumidor a la hora de optar por la compra online. Estos son, por este orden, la confianza en el pago, la posibilidad de elegir distintas marcas, la facilidad de la web para elegir los productos y la confianza depositada en la enseña, siendo el precio el factor menos valorado.
Hemos podido constatar en este segundo estudio que en el comercio electrónico en alimentación influyen factores muy relacionados con el estilo de vida de los españoles. Uno de los grandes puntos fuertes del comercio online es su facilidad de adaptación a las circunstancias laborales del consumidor actual. La compra online se realiza mayoritariamente, según el 80% de los encuestados que afirma trabajar fuera del hogar, de lunes a viernes en horario de mañana o mediodía –el 37%- y, si se añade el horario laboral de tarde, se alcanza el 75% de la muestra. Además, el 75% lo hace desde el ordenador, aunque avanza el uso de dispositivos móviles.
El elemento de conveniencia se consolida en datos como que el mayor uso del canal online se hace cuando se precisa la reposición de productos de gran peso y volumen y también cuando se dan condiciones climatológicas adversas, como días muy fríos, muy calurosos o lluviosos. Destaca también el uso de listas predeterminadas como un factor fundamental en el éxito de la web de distribución online. Así, el 70% de la muestra afirma hacer la compra a partir de sus selecciones anteriores. De hecho, los elementos de conveniencia que facilitan la selección y control de los productos son altamente valorados por los consumidores. La facilidad para localizar los productos, las imágenes como instrumentos de localización y el control del contenido y gasto del carrito son elementos claves de esta tendencia.
El estudio constata también que los consumidores se resisten todavía a la adquisición online de alimentos frescos. El 60% de los encuestados solo compra alimentos frescos en tiendas físicas, si bien cerca del total restante lo hace en ambos canales. Finalmente, se consolida que el consumidor percibe comprar menos por impulso en el canal online. El 50% afirma no comprar online productos que no ha visto previamente en la tienda física, frente al 40% que afirma “sentirse atraído” por las novedades y el 30% que se manifiesta inclinado a probar nuevos productos por este canal.